Aunque
parezca mentira cada vez mucha más gente va a una escuela de baile a aprender a bailar bailes de salón. Esto puede
llegar a convertirse en un trabajo como tal, puesto que hace mucho tiempo que
existen competiciones de baile de salón. Hay muchísimas modalidades y en portalodaceschool.es puedes aprender
muchas de ellas. En este caso voy a hablarte del Tango, ese majestuoso, sensual
y dificilísimo baile que tanto nos gusta.
Su origen
preside en Río de Janeiro entre 1850-1890, exactamente en Buenos Aires y se
extendió hacia el sur como San Telmo, Montserrat y Pompeya. Fue creciendo en
paralelo con la sociedad argentina formada por inmigrantes europeos. Alrededor
de 1860 se bailaban músicas como los valses, pasodobles y tango andaluz,
zarzuelas, polkas, etc. Con la incorporación del bandoneón (instrumento alemán)
al compás del piano, guitarras, violines y contrabajos, surgió el “tango
arrabalero”. Hombres y mujeres con los cuerpos abrazados fuertemente
escandalizaron la sociedad de la época en los arrabales.
Fue tal
el escándalo que estuvo condenado por la iglesia y la policía lo prohibió. Esto
obligó a bailarlo en rincones ocultos y así ganó ese ambiente nostálgico de
pasión. Refugiados en la noche se deslizaban con todos sus sentimientos en un
universo profundo, en la melodía y en su ardiente compañera. Solamente los
estratos más humildes y los provenientes del suburbio cultivaban esta danza. Surgió
en burdeles, boliches y rancherías. Se lo consideraba vulgar y fue marginado
socialmente por la búsqueda de la sensualidad y el placer. De hecho, los
prostíbulos lo fomentaban para aproximar a los hombres hacia el delirio y la
pasión de las féminas.
No
obstante, desde 1910 con una pareja que lo bailó en Paris, su popularidad fue
creciendo rápidamente en todo el mundo. Se convirtió en algo glamuroso y
conquistó a todos los sectores más altos de la sociedad hasta tal punto que fue
bailado en casi todas las capitales europeas. La aceptación final y
consolidación llego más tarde hasta considerarse una necesidad de expresión
popular. Su continua evolución coreográfica lo mantuvo vigente y vivo, de no
haber sido así, hubiese sido un motivo de recuerdo escénico como sucedió con la
danza popular. El arte de bailar el Tango no es fácil de conseguir, requiere
mucho esfuerzo y dedicación.
Para aquellas
personas que asiduamente no van a una escuela
de baile Madrid es mucho más difícil que para las que llevan tiempo
dedicadas a él. No vale solo con saberte los pasos y bailar, este baile precisa
de sentimiento y pasión, de que te muevas al ritmo de la música como si el
propio cuerpo hablara por ti. En esto consiste bailar… En expresarte con el
cuerpo como si decirlo fuese imposible, dejarte llevar por el momento sin
pensar en nada, en moverte en un mundo donde no existe nada más que tú, tu
pajera y esa melodía... Es extrañamente maravilloso.