Las Rutas con
raquetas de nieve están reservadas a la montaña donde el senderismo las
hace más que adecuadas, imprescindibles.
Una de las actividades deportivas que se ha puesto de moda
en los últimos inviernos es practicar montañismo y senderismo. Los amantes de
la naturaleza y de los deportes de invierno ven en ello una manera de no
quedarse en casa a pesar del mal tiempo y disfrutar de la naturaleza poniéndose
unos retos que les plantean los paisajes nevados y en ocasiones, muy complicados de atravesar. Por eso, en
zonas donde se dan las circunstancias geográficas y climatológicas adecuadas,
surgen planes de ocio invernal al aire libre al que mucha gente se apunta.
Las Rutas con
raquetas de nieve suelen organizarse por empresas especialistas en ocio de
la naturaleza y que atraen a un público variopinto de todas las edades y que
desean desconectar de la gran ciudad. Por ello ofrecen planes de fin de semana
u otros planes vacacionales para los meses de invierno donde un público urbano
está deseando enfrentarse a actividades que impliquen aventura y riesgo.
Porque bien es cierto que hay parajes con lugares poco
accesibles que encierran una belleza impactante. Y sin los equipos adecuados,
quienes se enfrentan a semejantes retos de la naturaleza, no tendría sentido
asumir los riesgos. De ahí que se hagan cursos, aunque sean breves de formación
para el uso de raquetas de nieve. No es que presenten una dificultad grande
pero conviene haber practicado con anterioridad antes de enfrentarse con la
adversidad de la mayoría de Rutas con
raquetas de nieve en Montaña y
Aventura.
Afortunadamente en España se dispone de una geografía
diversa donde poder seleccionar estas rutas. Desde la capital con sus sierras
circundantes, que en invierno acogen a un público madrileño deseoso de
practicar senderismo y montañismo sin grandes desplazamientos, hasta los
Pirineos, por poner ejemplos.
En estas rutas por plena montaña se disfruta de paisajes
maravillosos pero también hay que superar obstáculos de hielo y nieve caminando
y para eso hay que llevar puestas las raquetas de nieve. Subir y bajar
pendientes o cruzar ríos helados son la casuística habitual de esta práctica y
sin ellas es inviable desplazarse.
No es lo mismo hacer senderismo en primavera y disfrutar de
la naturaleza y la ornitología con los rayos del sol en la cara que hacer
montañismo en el Pirineo Aragonés en el mes de enero. En el primero de los
casos no se necesitan raquetas de nieve y en el segundo, sí. La sola presencia
del hielo, la nieve y la ventisca hacen que la dificultad de desplazamiento sea
un gran obstáculo y eso lo tienen en cuenta quienes se apuntan a montañismo en
pleno invierno.
Además,
llevar estos pies artificiales permite descubrir zonas poco accesibles en
paisajes impactantes que, de no llevarlos, difícilmente se tendría acceso.
Evitan hundirse en el manto de nieve grueso o resbalar en las capas finas
convertidas en hielo deslizante. Son, en definitiva, las bases del escalador de
montaña y no es nada complicado manejarse con ellas. Permiten descensos y
escaladas seguras y hasta los niños a partir de 7 años pueden apuntarse a Rutas con raquetas de nieve.